Ventajas de las Alianzas en política

POLÍTICA DE UNIDAD DE ACCIÓN O ALIANZAS

Santiago 9/1/2020

Por: Sammy Burgos

Contrario a lo que muchas personas piensan, el análisis de la realidad social y política, desde un punto de vista científico, constituye una de las labores más difíciles en el mundo intelectual. Las diversas teorías, categorías de análisis e interpretaciones contribuyen a que así sea. Sin embargo, pretendo en esta ocasión, como lo he hecho en otras, demostrar que la política de alianzas en la realidad actual dominicana, donde los sectores progresistas y de izquierdas no cuentan con las fuerzas necesarias para conquistar el poder político, en los principales sindicatos y/o asociaciones, siempre será la correcta.

La práctica política y sindical debe alimentarse de la teoría; sin ésta última se cae en el infantilismo y galloloquismo. La dialéctica y sus categorías de análisis deben ser una fuente de constante lectura para los diseñadores de las tácticas y estrategias políticas. La categoría posibilidad “permite ver las potencialidades revolucionarias, de protesta, o de rebeldía, que pudiera haber en una situación determinada, y a partir de las mismas determinar, o tomar las medidas de lugar para que esas potencialidades se conviertan en hechos, en acción, en movimiento hacia un objetivo específico” (Manuel Salazar: Sobre los conceptos y las categorías de análisis. Editora Mediabyte, Santo Domingo, 2013, p. 75).

No hay forma de poder diseñar las tácticas correctas sino se tiene claro el análisis de coyuntura. Aquí, la categoría posibilidad debe orientar acerca de lo factible o no de adoptar posiciones en diversos escenarios. No se trata de si se consigue el objetivo final, sino de acercarse lo más posible a él, sin sacrificar lo que ha se conquistado en ese momento, pero tampoco abandonando la posibilidad de sumar otros.

Así mismo otro aspecto importante en la práctica política revolucionaria es la Política de Unidad de Acción. El Manual de Marxismo-Leninismo establece que, “En la lucha por los intereses comunes de los trabajadores, los Partidos Comunistas buscan la colaboración con todas las organizaciones obreras, cualesquiera que sean las ideas políticas y religiosas de quienes las componen” (Academia de Ciencias de la URSS: Manual de Marxismo-Leninismo. Editora Mediabyte, Santo Domingo, 2012, p. 422). Esto significa que, nunca será una táctica errada las alianzas con sectores ideológicamente diferentes, siempre y cuando el resultado de la misma sea la defensa de los intereses de los trabajadores.

Ejemplos hay por demás de alianzas estratégicas donde ideologías diametralmente opuestas se aliaron para la consecución de objetivos para beneficiar a los sectores progresistas. La Europa de la primera mitad del siglo XX dio los primeros ejemplos en países como Francia, España y Austria; aquí se desarrollaron fuertes movimientos en pro de la unidad obrera, sin importar ideología; movimientos que posteriormente contribuyeron a la creación de frentes unitarios contra el fascismo.

La historia nuestra tiene ejemplos de este tipo. Podríamos mencionar a Duarte y su alianza con los haitianos para derrocar a Boyer y crear la República; de igual forma la alianza entre Baecistas y Restauradores para terminar con el dominio español y restaurar la independencia; en nuestra historia moderna qué decir de las acciones del 14 de Junio en la defensa de un gobierno de derecha como lo fue el de Bosch y el PRD en 1963; más la alianza del PRD, 14 de Junio, MPD y demás fuerzas contra la ocupación ominosa de los yanquis en 1965.

No reconocer eso, es faltar a la verdad histórica. Y caen en lo que llamó Lenin “enfermedad infantil”. Como diría Jorge Dimitrov “… ya no es con frecuencia una enfermedad infantil…, sino un vicio muy arraigado, y sin curarnos de él, no podremos resolver el problema de crear un frente único proletario y llevar a las masas de las posiciones reformistas hacia la revolución” (Jorge Dimitrov: El fascismo y la clase obrera. Editora La Escalera, Santo Domingo, 2013, p. 121).

La teoría y la práctica demuestran que las alianzas son un elemento fundamental para la construcción de una sociedad más justa, democrática y equitativa. Apartarse de esa realidad, nos aleja de los objetivos fundamentales; objetivos que en las condiciones actuales, criticando y actuando desde la parcela de cada quien, no nos acercará a la meta.


CARLOS DE LOS SANTOS 

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